Literature
Deuda de apuestas
Tsunade caminaba por las calles de Konoha, distraída por sus pensamientos, cuando un folleto colorido llamó su atención. "¡Nuevo casino en la aldea! ¡Grandes premios y diversión garantizada!", anunciaba el folleto. Con una sonrisa de anticipación, Tsunade decidió probar suerte y se dirigió al casino. Después de varias horas de juego, Tsunade se encontraba en una mala racha. Cada apuesta era un fracaso, y pronto se vio sin un solo yen en su bolsillo. Frustrada, Tsunade fue abordada por una joven empleada del casino. "Veo que no estás teniendo mucha suerte, ¿verdad?", dijo la empleada con una sonrisa comprensiva, Tsunade la miro de pies a cabeza ya que el uniforme de la empleada llamo su atención pero de inmediato regreso a la realidad. "Puedo llevarla con el dueño. Él podría tener una oferta especial para usted". Intrigada, Tsunade siguió a la empleada hasta la oficina del dueño del casino. Un hombre elegante y seguro de sí mismo la recibió con una sonrisa. "Entiendo que estás en un pequeño aprieto", dijo el dueño. "Te puedo prestar más dinero para que sigas jugando, a cambio de algo de garantía". Dijo el dueño asiendo una seña con su mano para indicar al pequeño. Tsunade frunció el ceño, pero la promesa de más fondos la tentaba. "¿Qué tipo de garantía?". "Tu cuerpo", respondió el dueño sin titubear. "Pon tu cuerpo en garantía y te prestaré lo que necesites". "Mi cuerpo..." pensó Tsunade con la idea de que tal vez en caso de no poder pagar su deuda tendría que trabajar en ese lugar para saldar su cuenta, la rubia vaciló por un momento, pero, finalmente asintió. "De acuerdo, lo haré". De vuelta en las mesas de juego, Tsunade apostó con renovada confianza, pero la suerte seguía sin estar de su lado. Pronto se vio sin dinero nuevamente. Con el corazón en la garganta, Tsunade se dio cuenta de lo que venía, sobretodo cuando aquella empleada se acercó a ella desde atrás y puso su mano en el hombro de Tsunade "Lo siento, Tsunade-sama", dijo la empleada del casino. "Pero tienes que cumplir con tu parte del trato". Tsunade miró al dueño del casino con ojos suplicantes. "Por favor, ¿hay alguna otra forma?". El dueño negó con la cabeza. "Lo siento, pero las reglas son las reglas". Con resignación, Tsunade aceptó su destino. "Está bien, que debo hacer...?". Poco después, Tsunade fue llevada a una sala trasera, donde solo había una camilla y una pequeña mesa. "Solo recuestate allí, nosotros haremos el resto". Tsunade parecía confundida así que el dueño siguió. "Ese era el trato... ahora tu cuerpo nos pertenece, pero no te preocupes, tu cuerpo es de tan alta calidad que se vendió apenas lo anunciamos, alégrate, el comprador incluso accedió a ceder su cuerpo, y creo que podemos dartelo a ti, considerarlo un bono por las ganancias que me has generado". Con eso dicho un empleado comenzo extraño ritual. La cabeza de Tsunade fue separada de su cuerpo, y puesta en una bandeja de plata, como si de el platillo principal de una lujosa cena se tratase, mientras otro empleado colocaba el cuerpo de Tsunade en la camilla y lo sujetaba a ella, una vez fijo pudieron poner la Camila en un ángulo más vertical para exhibir el cuerpo de Tsunade como si estuviera de pie, todo frente a la mirada incredula de la Hokage "¿Quién ha comprado mi cuerpo?", preguntó Tsunade con voz temblorosa. La empleada del casino señaló hacia una figura, que se acercaba lentamente. Era Sakura, con una expresión de asombro en su rostro. "Tsunade-sama, ¿eres tú?", exclamó Sakura, horrorizada al descubrir la verdad. Tsunade asintió con tristeza. "Sakura, no sabía que eras tú quien compraba mi cuerpo". Sakura bajo un poco la mirada. "Lo siento My Lady, no sabía que eras tu la vendedora, yo solo quería mejorar un poco mi aspecto". Tsunade sintió una mezcla de emociones: enojo, tristeza y traición. "No puedo creer que hayas sido capaz de hacer algo así". Sakura bajó la mirada, sintiéndose culpable. "Lo siento, Tsunade-sama. No fue mi intención lastimarte". Tsunade miró fijamente a Sakura, su mirada llena de indignación. "¿Cómo pudiste hacer algo así, Sakura? ¡Comprar mi cuerpo es una locura!" Sakura bajó la cabeza, sintiéndose culpable. "Lo siento mucho, Tsunade-sama. No sabía que era tu cuerpo el que estaba comprando. Solo quería un cuerpo un poco más bello y cuando ví el anuncio del dueño no lo pensé demasiado". Tsunade bufó con frustración. "Eso no es excusa, Sakura. Deberías haber pensado las cosas antes de tomar una decisión tan impulsiva". Sakura levantó la mirada, con determinación en sus ojos. "Pero tú también tienes la culpa, Tsunade-sama. Apostaste sin pensar y ahora estamos en esta situación". Las palabras de Sakura golpearon a Tsunade como un balde de agua fría. Se dio cuenta de que tenía razón. Había caído en la trampa del juego y ahora estaba pagando las consecuencias. "Lo siento, Sakura", dijo Tsunade con sinceridad. "Tienes razón. Fui imprudente y ahora ambos estamos sufriendo las consecuencias". "Ejem...". Dijo el dueño del casino. "Si no les molesta soy un hombre de negocios y ya que recibí mi pago, está es una transacción que debo cumplir" "Sakura haz algo". Pidio Tsunade con esperanza de que su alumna hiciera lo correcto Sakura se acercó a la cabeza decapitada de su maestra y la tomo entre sus manos para levantarla y verla directamente a los ojos "Cuidare muy bien de mi nuevo cuerpo Tsunade-sama" Con esas palabras un empleado se acercó a ellas y con un movimiento tomo la cabeza de Sakura y la arranco de su cuerpo para transplatarla al de Tsunade, a la vez que podía la de la rubia en el cuerpo de sakura Ambas se quedaron en silencio por un momento, procesando lo que acababa de suceder. Sabían que tenían que seguir adelante, pero la tensión entre ellas era palpable. Tensión que aumentaba con cada paso que daban, el sonido de los tacones que ahora usaba Sakura resonaba en los oidos de Tsunade Tsunade se detuvo un segundo para ver si reflejo en una ventana, su cabeza unida al cuerpo adolescente de su alumna, incluso llevo su nueva mano a la altura de su pecho, y enseguida ver a Sakura haciendo lo mismo que ella "Ella lo está disfrutando..." Murmuró Tsunade con su ira apenas siendo contenida Por otro lado de regreso en el casino, el dueño estaba a su oficina. "Lamento hacerlo esperar... Estaba terminando mi última venta pero ahora tines toda mi atención... Que deseas". Dijo el dueño a la vez que tomaba asiento frente a su próximo cliente un "Escucha te daré el dinero que querías... Si me consigues este cuerpo..." Dijo el hombre al tiempo que entregaba una fotografía El dueño la miro un segundo antes de ver al hombre sentado frente a ella. "Hinata Hyuga.... Eso te costará no eres el único que lo quiere, ella recién comenzó a salir con el héroe de Konoha y hay mucho queriendo tomar su lugar" el hombre frente a el se levantó y soltó una enorme bolsa llena de dinero. "Solo consíguelo para mí" dijo el cliente caminado a la puerta de la oficina